Esperábamos sentados en la sala de espera de la terminal del aeropuerto en
México. Ya había terminado nuestra semana en ese país y estábamos listos para partir.
Las ultimas dos entrevistas que habíamos tenido habían sido bastante buenas y
entretenidas. El show privado que presentamos el día anterior fue muy exitoso aunque el
público si se mostró un poco sacado de onda sin la presencia de Nicole. Yo cada día me
sentía más integrada en el grupo aunque siempre me hacía a la idea de que en cualquier
momento el sueño se acabaría incluso, antes de montarme en la camioneta para llegar al
aeropuerto estuve llorando en mi habitación porque no sabía que pasaría ahora.
Bárbara miraba una revista mexicana de esas de espectáculos que había sacado
un reportaje del grupo. Tomás escuchaba música o dormía. No lo sabía bien porque tenía
los ojos cerrados. Pablo estaba afinando su guitarra. Daniela, Alexa y Vega no estaban
con nosotros porque se habían marchado a otra zona a finiquitar algún papeleo que
faltaba. Yo observaba atenta a los tres pensando en que tal vez era la última vez que los
vería conmigo.
Pablo: –¿Gaby, estás bien?
Salí de mis pensamientos y me encontré los ojos verdes de Pablo mirándome
fijamente. Me ruboricé un poco, no sabía por qué.
Gaby: –Sí Pablito, estoy bien.
Pablo: –Pues no lo pareciera.
Siguió atornillando las cuerdas. Yo lo observé curiosa.
Gaby: –¿Tocas bien?
Pablo: –¿Ah? –Me miró suspicaz.
Gaby: –¿Qué si tocas bien la guitarra? –lo dije con énfasis porque había entendido la
intención de Pablo.
Pablo: –Ah eso… Supongo. Nunca me hago halagos a mi mismo.
Gaby: –Mal pensado. –sonreí.
Pablo: –¿Tú sabes tocar algún instrumento?
Gaby: –Eh… no. Nunca he podido aprender. Soy un poco bruta para eso.
Pablo: –Yo puedo enseñarte.
Se levantó de su silla y se sentó a mi lado. Se acercó tanto a mí que sentí su
respiración en mi cuello. Colocó la guitarra en mis piernas y me tomó la mano. Yo
comencé a temblar de lo nerviosa que me puso su presencia.
Pablo: –Tienes que colocar esta mano en el mástil así –colocó mi mano izquierda con
mucha dulzura– pero no presionar mucho, más bien dejarla un poco libre.
Gaby: –Es muy difícil.
Pablo: –No es difícil. Si Bárbara que es más cerrada pudo aprender con mi explicación
creo que tú…
Barbi: –Te escuché Pablo Holman.
Bárbara nos miraba muy seria por encima de la revista. Yo le sonreí para calmarla.
Gaby: –¿Tú le enseñaste a Bárbara a tocar?
Pablo: –Ya ella sabe tocar. No lo he comprobado pero creo que sabe muy bien. Lo que le
enseñe fue guitarra.
Barbi: –Te estás pasando Pablo. Te lo advierto.
Gaby: –Yo me refería a la guitarra Pablito.
Pablo: –Lo sé, lo sé. Era un chiste.
Barbi: –Malísimo por cierto. –y bajó la revista que leía.
Pablo: –Están muy tensas chicas. Tranquilas.
Barbi: –Si dejas de molestar me puedo tranquilizar.
Gaby: –¿Por que estás así Barbi? ¿No pudiste dormir bien?
Barbi: –No es eso Gaby. Lo que pasa es que he estado pensando en el grupo.
Tomás: –¿Qué quieres decir con el grupo, flaca?
Tomás había hablado mientras se sacaba los audífonos y los guardaba en su
mochila. Bárbara lo observó un momento y luego nos miró a Pablo y a mí.
Barbi: –Hace casi dos semanas que no sabemos nada de Nicole.
Pablo: –Ella esta bien flaca.
Barbi: –Pero no sabemos nada Pablito. Vega no nos ha dicho si ha hablado con ella o
qué. Tampoco hemos recibido ningún mensaje de correo ni nada.
Tomás: –Dani es la que se encarga de eso Barbi. ¿Por qué no le preguntas?
Gaby: –Tommy tiene razón.
Barbi: –Ya lo intente pero me dijo que no sabía nada.
Pablo: –Entonces es que no saben nada.
Tomás: –O no lo quieren decir. Recuerda güevon que no es la primera vez que nos
ocultan algo.
Barbi: –Y eso es lo que me ha tenido intranquila desde ayer.
Pablo: –A ver si entiendo. ¿Piensas que nos están ocultando algo con respecto a Nico?
Barbi: –O a Gaby. Recuerda que ella esta aquí.
Pablo: –Como no lo voy a recordar flaca –me miró y me sonrió tan dulce.
Gaby: –Pero yo solo estoy de paso. Ustedes están completos con Nicole.
Tomás: –Si es que sigue. Últimamente he pensado en que puede ser lo que ha pasado.
Pablo: –No te mates pensando en eso. No conseguirás nada.
Barbi: –¿Tú sabes algo Pablito?
Bárbara miraba fijamente a Pablo. Tomás también nos comenzó a observar. Yo lo
miré porque sabía que él tenía algún conocimiento de eso. Total, el primer día que
hablamos me lo había indicado. Pablo respiró profundo antes de contestar.
Pablo: –No se nada que ustedes dos no sepan.
Tomás: –¿Seguro güevon?
Pablo: –Seguro.
Barbi: –Mierda, detesto esta incertidumbre.
Pablo: –Tranquila flaca. Ahora vamos a regresar a Chile. Puedes llamar a la Nicole
apenas llegues.
Tomás: –¿Y Gaby qué? ¿No te han dicho que va a pasar contigo?
Negué con la cabeza mientras Pablo acomodaba la guitarra nuevamente en mi
regazo. Tomás me miró con decepción y volvió a sacar los audífonos de la mochila.
Barbi: –Espero que todo se solucione de una vez.
Gaby: –Vas a ver que si Barbi, no te preocupes tanto.
Barbi: –Gracias Gaby.
Pablo: –¿Seguimos Gaby?
Asentí y me traté de concentrar. El volvió a tomar mi mano izquierda y la colocó en
el mástil de la guitarra mientras me susurraba las instrucciones en mi oído. Era tan sutiles
sus palabras que costaba concentrarse en ellas solo por sentir el tibio aire. Pero… que me
estaba pasando. Pablo siguió explicándome por aproximadamente diez minutos cuando
Vega apareció junto a Daniela y Alexa.
Alexa: –Ya regresamos. Tomen –les tendió a Bárbara, Tomás y Pablo los boletos del
vuelo. Yo esperaba el mío pero no me lo entregó.
Tomás: –Bien. Ya vamos para casita.
Pablo: –Salé en dos horas, que lata. Y nos hiciste venir tan temprano.
Vega: –Lo siento Holman. Pero teníamos que llenar algunos papeles por eso llegamos
temprano.
Yo permanecía en silencio. O se habían olvidado que yo venía con ellos o pasaba
algo. Daniela me miraba con una expresión extraña.
Vega: –Gaby, este es tu boleto.
Me entregó un boleto diferente. Mis temores se presentaban ante mí mientras
tomaba el boleto y me lo acercaba al rostro para leerlo.
Gaby: –¿Ecuador?
Barbi: –¿Qué? ¿Ecuador?
Tomás: –¿Gaby no va con nosotros a Chile?
Yo me había quedado helada. Toda la noche anterior había imaginado ese
momento para prepararme pero a la hora de la verdad me había tomado por sorpresa.
Pablo miraba mi boleto fijamente.
Pablo: –¿Explíquese?
Daniela: –Pablo…
Pablo: –¿Explíquese Vega? ¿Por qué Gaby no va con nosotros?
Vega: –Mira Pablo, no me levantes el tono de voz.
Daniela: –Lo que pasa Pablo, chicos, Gaby nos estaba ayudando en esta gira, solamente.
Recuerden que Nicole está bajo un permiso.
Tomás: –¿Pensé que Gaby seguiría hasta que Nicole regresara?
Barbi: –¿Están disconformes con el trabajo de ella? ¿No era lo que esperaban?
Gaby: –Barbi ya déjalo…
Barbi: –Contesten, es eso.
Vega: –Gabriela ha hecho un gran trabajo. Lo que pasa chicos es que…
Pablo: –No entiendo. Primero disgustos por como tratábamos a Gaby, luego felicitaciones
por aceptarla y ayudarla y ahora la sacan.
Daniela: –No la estamos sacando Pablo. Ella tiene su carrera y sus compromisos,
¿verdad Gaby?
Todos me miraron. Por mi cabeza no pasaba otra cosa que decepción. Había
cancelado todo mi trabajo en Ecuador por ayudarlos y solo fue para una semana. Había
cancelado presentaciones importantes, contratos importantes por irme con ellos a México
y ahora tenía que regresar sola. ¿Había valido la pena?. En ese momento claramente no.
Levanté la mirada y asentí un poco para no entrar en discusiones ni detalles,
aunque yo sabía que les mentía.
Barbi: –Ah…
Daniela: – Además, nosotros tenemos que esperar una respuesta de Nicole. Y Emi Music
Chile es la que tiene en parte la última palabra en todo esto.
Tomás: –¿Emi Music? ¿Por qué ellos?
Vega: –Ellos manejan todo el entorno de Kudai. Hasta que no analicen el futuro del grupo
no podemos tomar decisiones.
Pablo: –¿Entonces porque si pudo venir a esta gira?
Daniela: –Fue una situación diferente.
Pablo iba a replicar cuando se escuchó la voz de control de la terminal, anunciaba
el siguiente vuelo por salir.
Control: –Pasajeros con destino a Quito, Ecuador, favor abordar por la puerta cuatro.
Alexa: –Ese es tu vuelo Gaby.
Miré sorprendida a todos. Por tanta discusión no había reparado en el detalle de la
hora que tenía el boleto. Faltaban quince minutos para la salida del vuelo. Vega me
miraba muy seriamente.
Vega: –Gabriela, has sido de gran ayuda estos días. De verdad te lo agradecemos de
todo corazón.
Daniela: –Ha sido un gran placer conocerte Gaby.
Alexa: –Sigue tan alegre como lo has sido estos días.
Yo miraba los rostros de Bárbara, Tomás y en especial el de Pablo. Eran rostros de
tristeza. Tragué fuertemente un nudo en la garganta que tenía en ese momento. Me puse
de pie y tomé mi maleta.
Gaby: –Ok, está bien. Creo que es el adiós entonces.
Barbi: –No Gaby, no digas eso.
Gaby: –Fue un placer pasar esta semana con ustedes chicos.
Tomás: –Gaby, te vamos a echar de menos.
Gaby: –Yo también Tommy. No voy a olvidar nada de esto.
Barbi: –Gracias por todo pequeña.
Se acercó a mi y me abrazó. Yo trataba de controlar unas lágrimas que querían
escapar de mis ojos, algo que Bárbara no pudo hacer porque lloraba en mi hombro.
Daniela: –Apresúrate Gaby.
Pablo: –Gaby… –lo miré a los ojos– te vamos a extrañar mucho, lo sabes. Han sido unos
días maravillosos.
Asentí despacio. Bárbara se separó de mi y entonces levanté mi mano derecha en
señal de despedida y comencé a caminar hacia la ruta que habían indicado por el altavoz
de la terminal. Sentía tanto dolor en el pecho. Yo me había hecho una pequeña ilusión de
quedarme con ellos pero había sido un sueño muy efímero.
Pablo: –¡Gabitah!
Me giré para observar. Pablo me sonreía. Tomás y Bárbara junto a él.
Pablo: –No creas que te vas a escapar de las clases de guitarra. De alguna forma te las
daré. Dame tiempo nada más.
Sonreí y dejé salir las lágrimas. Me giré para que no lo notaran y entregue mi
boleto. Avancé sin mirar atrás para entrar a la puerta hacia el avión que me alejaría de
ellos, eso sí por poco tiempo aunque yo no lo supiera
Guao, me atrapó, sentí a las guirnaldas formadas de letras abrazarme en cada palabra,me detuvieron, me elevaron, me bajaron por un resbalón, abrí la boca por miedo, por sorpresa, por intriga, cerré mis ojos para no saber más y no pude, quise hacer trampa para llegar al final y una música ("Siempre - Kudai", "Sé - Amitie", "Todo es peor - Kudai", "Escapar - Kudai") me hizo sentir y recordar que el presente, este presente, es maravilloso, entonces caminé como Alicia en el País de las Maravillas y gocé de emoción, de sensibilidad, tal vez de nostalgia (pero la gocé) y de felicidad por recorrer cada palabra, línea, párrafo que describió a la perfección un momento perenne en sus corazones y en el mío.
ReplyDeleteJeee, me gustó mucho, ¿hay más?
La narración es excelente.
Los quiero mucho (Josimar desde Arequipa - Perú)