Monday, March 10, 2014

Cómo decirte que te quiero - cap 9


Cuatro meses pasaron desde aquella despedida en México. Cuatro meses en los
cuales, al inicio, todos los días buscaba información de ellos para ver como les iba. Eran
cuatro meses de estar al corriente de las cosas que hacían. Me había encariñado con
ellos y ahora me preguntaba como la estarían pasando.
Durante el primer mes recibí una llamada de Bárbara que me animó mucho pero
solo eso. Luego nada de nada. Ni un e–mail o una llamada, ni una carta o paloma
mensajera. Qué rápido me habían olvidado. Me sentía mal. Incluso mi mamá me decía
que yo estaba enfermando por depresión. Y tenía razón. Con los días dejé de buscar
información de ellos, incluso escuchaba algo en la radio y la apagaba. Estaba deprimida.
Muy deprimida. Acababa de romper con mi novio porque sentía que ya no lo quería y él
ya estaba harto de mis actitudes. Todas las noches recordaba esos pocos días que pasé
con ellos. Las entrevistas, las presentaciones. Siempre recordaba nuestro primer ensayo
juntos pero lo que más recordaba era la primera conversación con Pablo. Pablo Holman,
que estabas haciendo. Porque te clavaste tanto en mi mente.
Un día estando en mi pieza repasando algunas cosas de mis presentaciones
próximas, ya que había intentado retomar mi carrera como solista, escuché el teléfono de
la casa sonar. No le presté mucha importancia hasta que tocaron a mi puerta.
Paulina: –Gaby, linda. Tienes una llamada.
Gaby: –¿Para mí? ¿De quién?
Paulina: –No me dijo el nombre.
Supuse que mi mamá mentía porque me miraba sonriendo. Salí de mi habitación y
baje al recibidor de la casa donde estaba el teléfono. Aunque no lo crean, no teníamos
inalámbricos en ese momento. Lo tomé despacio pensando en quién podía ser.
Gaby: –¿Aló?
Vega: –Gabriela, ¿cómo estás? Pablo Vega te habla.
Gaby: –Don Pablo, que gusto escucharlo.
Vega: –Para mi también es un gusto. No te has olvidado de nosotros.
Gaby: –Eh… no, más bien pensaba que ustedes…
Vega: –Sí lo sé, y me disculpo. Han sido unos días terribles.
Gaby: –¿Ha pasado algo?
Vega: –¿No sabes la noticia?
Gaby: –No, ¿cuál?
Vega: –Bien, entonces tendré que contarte un poco más. Ok.
Lo escuché suspirar. Por mi mente pasaban varios pensamientos pero no me
imaginaba que era. Al cabo de unos segundos continuó hablando.
Vega: –Bien. Nicole renunció al grupo.
Gaby: –¿Y por qué?
Vega: –Asuntos que no vienen al caso ahora. Renunció ella y el compositor de todos los
temas de Kudai.
Gaby: –¿Gus, creo que es como se llama?
Vega: –Sí, Gustavo Pinochet. Renunció en apoyo a Nicole. La verdad siempre se habían
llevado muy bien.
Gaby: –¿Y qué va a pasar ahora?
Vega: –Por eso es precisamente que te llamaba. Te necesitamos una vez más.
Gaby: –¿Por cuanto tiempo? Porque estoy tratando de retomar mi carrera como solista
y…
Vega: –No, no la retomes.
Gaby: –Pero…
Vega: –Queremos que formes parte de Kudai al cien por ciento.
Gaby: –¿Al cien por ciento? ¿Quiere decir…?
Vega: –¿Si te gustaría estar en el grupo?
Recuerdo que mi mente se quedo en blanco. No sabía que responder ni como
reaccionar. Mi mamá se acercó y me tomó de la mano, seguro pensó que me iba a
desmayar.
Vega: –¿Gaby que dices? ¿Aceptas?
Mi cerebro comenzó nuevamente a funcionar. Todas las imágenes de los chicos,
Barbi, Tomás, Pablo, los conciertos, las firmas de autógrafos, todo comenzó a pasar
dentro de mi cabeza.
Gaby: –Claro que acepto don Pablo. Acepto.
Vega: –Perfecto. Y crees que puedas volar a Chile en poco tiempo.
Gaby: –¿A Chile?
Miré a mi mamá. Ella me sonreía mientras me miraba. En un susurro me dijo algo
que no alcancé a oír pero que me afirmaba que en cualquier momento podía partir.
Gaby: –Claro que puedo ir. Mañana mismo si es necesario.
Vega: –Me gusta escuchar esa respuesta. Necesitamos hacer una reedición del último
disco y volver a grabar el videoclip.
Gaby: –Don Pablo y ¿los chicos lo saben?
Vega: –¿Quienes? ¿Pablo, Tomás y la Bárbara?
Gaby: –Sí.
Vega: –Todavía no. Están tratando de asimilar lo que ha pasado. Están un poco
destrozados. Supongo que los entiendes.
No contesté. Recordaba las palabras de Bárbara que alguna vez me había dicho.
Era obvio que la extrañaban y suponía que debían de estar tristes. Mi silencio seguro fue
una respuesta para Vega porque continuó hablando.
Vega: –Bien. Cuando llegues a Chile, llama a mi número. Tu madre tiene mi tarjeta.
Enviaré a alguien a recogerte y que te lleve al hotel. Ahí hablaré contigo de lo que sigue.
Nos vemos.
Gaby: –Está bien. Muchas gracias don Pablo, de verdad.
Vega: –Tranquila. Eres una gran chica y una gran profesional.
Escuché como colgaba e inmediatamente me lancé a los brazos de mi madre a
llorar, pero llorar de felicidad. Habían pasado cuatro meses pero ahora todo comenzaba
de nuevo. Volvería a ver a los chicos. Volvería a cantar con ellos, volvería a estar con
ellos, con Barbi, con Tomás y con…Pablo.
Esa noche no dormí pensando en todo. Había alistado una maleta con todo lo que
necesitaría. Está vez no sabía cuanto tiempo estaría fuera por lo que la cargué con todo
lo que pensé podía llevar. Había ido con mi papá a comprar un boleto hacia Chile para el
día siguiente y había tenido que explicarle todo. Al día siguiente mi madre me llevó al
aeropuerto y ahí nos despedimos para yo partir hacia Chile. No era un vuelo muy largo
pero durante el viaje pensaba en lo que seguía. Nuevamente comencé a recordar las
letras de las canciones y las coreografías. Ahora las haría en todas las presentaciones
que el grupo tendría. Me sentía tan feliz que el viaje se me hizo aún más corto de lo que
en realidad era.
Bajé en la terminal chilena y busqué un teléfono. La emoción por encontrarme con
todos me estaba apresurando y no podía pensar en otra cosa. Llamé a Vega pero me
atendió una mujer, no sabía quién era pero de inmediato me comunicó con Vega. Me dijo
que esperara y en quince minutos llegaban a recogerme. Busqué un sitio donde sentarme
a esperar. Luego de casi veinticinco minutos apareció Daniela por la puerta principal del
aeropuerto acompañada de un joven que yo no conocía.
Daniela: –Gaby, hola, que gusto verte de nuevo.
Gaby: –Hola Dani, yo también estoy feliz de verte –la abracé muy fuerte y besé en la
mejilla.
Daniela: –Gaby, el es Cristian Stambuk, mejor conocido como Koko. Amigo de la familia y
gran compositor chileno.
Koko: –Mucho gusto Gabriela. Dani me ha hablado de ti en estos últimos días.
Gaby: –Para mi es un placer don Cristian. Y puede llamarme Gaby, no hay problema. –me
acerqué y le di un beso en la mejilla.
Daniela: –Don Cristian. Que formal se oyó eso Koko.
Koko: –Verdad que sí. Es la primera vez que lo escucho. Gracias Gaby, pero puedes
decirme Koko.
Sonreí, luego nos dirigimos a la salida del aeropuerto. Koko llevaba mi equipaje
mientras Daniela realizaba una llamada a Vega para informarle que ya íbamos para el
hotel. Llegamos a un automóvil y yo me senté en la parte de atrás. Koko conducía y
Daniela lo acompañaba delante.
Daniela: –¿Cómo estuvo el vuelo Gaby?
Gaby: –Bien, muy rápido la verdad.
Koko: –¿Eres de Ecuador verdad?
Gaby: –Así es, ecuatoriana cien por ciento.
Daniela: –¿Y que piensas de todo esto Gaby?
Gaby: –¿Sobre?
Daniela: –Que estas de nuevo en el grupo.
Gaby: –Eh… no te voy a mentir, estoy muy feliz pero pienso en los chicos. Ellos querían
mucho a Nicole.
Daniela: –No solo Nico, Gus también era una gran parte. Pero lo superaran. Con tu
alegría se les pasara. Además te han extrañado bastante. En especial uno.
Gaby: –¿Quién?¿Barbi?
Daniela no me respondió. Se puso a hablar con Koko y así estuvo hasta que
llegamos al hotel donde yo me iba a quedar. Yo esperaba que me hubiera dicho que
Pablo pero era una idea absurda. Bárbara era la que más cariño me había mostrado así
que debía de ser ella.
En el hotel ya me esperaba Vega. Al verme me abrazó y con las llaves de mi
habitación en mano me acompaño con Daniela a la misma. Koko se quedo en el lobby
esperándolos. Al llegar a la recamara, coloqué mi maleta en la cama y me senté ahí.
Daniela se sentó en una silla que había en la habitación y Vega se quedó de pie
recostado en la puerta.
Vega: –¿Te gusta Gaby?
Gaby: –Esta muy bonita y se ve acogedora. Gracias.
Vega: –Bien. Voy a explicarte lo que va a pasar ahora.
Me acomodé bien en la cama y puse completa atención. Vega sonrió antes de
comenzar a hablar mientras que Daniela sacaba de su bolso un pequeño cuadernillo.
Vega: –Trabajaras con Koko estos días en un estudio de grabación. Editaran la voz de
Nicole y grabaran la tuya en las canciones del disco Sobrevive.
Gaby: –¿Lo van a editar con mi voz?
Vega: –Así es Gaby. Acaba de ser lanzado al mercado, así que se puede cambiar e
incluiríamos las canciones con tu voz.
Daniela: –Se va a quitar un tema y se incluirá una canción de Koko. Tú la grabaras sola.
Los chicos lo harán después.
Gaby: –Ok, y ¿cuando veré a los chicos?
Vega: –Cuando termines la grabación verás a mi esposa para que te ayude con la
imagen. Luego podrás reunirte con el grupo.
Daniela: –También tenemos que grabar el video de nuevo. Editar partes e incluirte en el.
Y hay que tomar las fotos para el disco.
Vega: –Son muchas cosas Gaby, así que lo mejor es que descanses hoy y mañana Koko
vendrá por ti para trabajar en el disco.
Gaby: –Está bien. –quería decir algo más pero no sabía como.
Daniela: –¿Pasa algo Gaby?
Los dos me miraron como preocupados, supongo que mi rostro reflejaba mis
sentimientos. Me puse de pie y abracé a Vega lo más fuerte que pude y sentí como unas
lágrimas caían por mis mejillas.
Gaby: –Gracias por volver a darme una oportunidad.
Vega: –No hay nada que agradecer Gaby. Tú te ganaste este puesto. Disfrútalo.
Me beso la cabeza y sonrió. Luego se marcharon y me dejaron sola en mi
recamara. Me tumbé en la cama y cerré los ojos agradecida de poder vivir ese momento.
Tomé el teléfono de la habitación y le marque a mi madre para contarle que ya había
llegado y todo. Luego pasé un día muy tranquilo y repasé las canciones del disco
sobrevive.
A la mañana siguiente, Koko llegó por mi muy temprano. Nos dirigimos a un estudio
de grabación que quedaba en la capital y conocí como a diez personas en un cuarto de
hora. Vega estaba ahí con algunos directivos de Emi Music. Fue un poco tensa para mi
las conversaciones porque ellos esperaban mucho de mi para que Kudai siguiera
adelante. Luego de esas charlas, Vega se marchó y Koko y yo nos dedicamos a grabar.
Fue un proceso rápido ya que yo solo tenía que cantar las que ahora eran mis partes de
la canción y punto. Luego ellos harían las mezclas y quedaría listo. La única canción
desconocida para mí era “Tú” que trajo recuerdos tristes a mi memoria al leerla la primera
vez, pero que se convirtió en una de mis canciones favoritas y luego mucho más pero ya
se darán cuenta después porque. Cuando terminamos esos dos días de grabaciones yo
sentía aún más ganas de ver a los chicos. No sabía si ya les habían informado algo de mi
llegada por lo que no sabía si me estaban esperando o no.
Al tercer día de yo haber llegado a Chile, Vega me llevo a su casa. Recuerdo estar
bastante nerviosa de conocer a su esposa, aunque no se porque. Al llegar nos recibió
Daniela y yo esperé como veinte minutos a que una mujer alta de piel oscura y acento
casi exacto al mío me saludara.
Estefanía: –Hola, ¿así que tu eres Gabriela? Me llamo Estefanía Saavedra.
Gaby: –Mucho gusto en conocerla.
Estefanía: –Veo que eres como Pablo te describe, una mina muy bonita.
Gaby: –Vega siempre anda diciendo eso de mi.
Estefanía: –Pero no me refería a mi esposo, sino a Pablo Holman. Llegó diciendo que
eras muy hermosa y que tenías unos lindos ojos.
Yo me sonrojé sin duda, ya que sentía como ardía mi rostro en todas partes. Pablo
había dicho eso de mí, no lo podía creer. Daniela no me quitaba la mirada de encima y
eso me incomodaba aún más, como poder disimular.
Gaby: –Ah… eso dijo.
Estefanía: –Bien, como has de saber yo me encargo de la imagen del grupo. Ya he visto
que tienes un estilo propio de vestir así que tratare de respetarlo. Eso sí vamos a alisar un
poco tu cabello y darle más brillo.
Daniela: –Mañana te reunirás con los chicos para la sesión de fotos de sobrevive.
Gaby: –Eh… Dani, ¿ya ellos saben que estoy aquí?
Daniela: –Todavía no, aunque creo que sospechan algo.
Gaby: –¿Por qué lo dices?
Estefanía: –Porque ayer le preguntaron muchas cosas a Vega cuando les informó de las
nuevas fotos.
Daniela: –Ya saben que mañana conocerán a su nueva compañera, así que supongo han
de pensar que eres tú.
Estefanía: –Mi esposo insiste en mantenerlo en secreto pero te imaginaras que has sido
la única que ha hecho la prueba.
Gaby: –Sí, Pablito me había dicho que yo tenía la ventaja.
Daniela: –Por eso debes estar acorde al grupo ahora que ya eres parte integral de el. Te
la dejó en tus manos Estefa.
Estefanía: –Tranquila Dani, ella quedara espectacular, te lo aseguro.
Y así fue como en un par de horas Estefanía me preparo para un cambio en mi


apariencia que marcaría todo lo que soy ahora

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